El futuro de la comunicación en América Latina

REGRESA


Merca 2.0 publica consejo de Mauricio Gutiérrez, Director Regional para México de JeffreyGroup.

Los medios de comunicación en América Latina, al igual que en muchas otras latitudes, representan una enorme arena, muchas veces moldeable e insustitui­ble, en la que se defi­nen y “cocinan” los temas que configuran la agenda pública y empresarial de los países y la región. Es en esa misma arena, además, dónde se formulan, encaran, debaten y resuelven los asuntos críticos entre los agentes públicos y empresariales.

El cualquier caso, a pesar de su firme avance en cuanto a democratización, presencia, cualidad y desarrollo, la mayo­ría de los medios de comunicación en América Latina tiene por delante grandes retos vinculados, fundamentalmente, con el desarrollo tecnológico y la transformación de sus modelos; y con su papel como agentes vertebradores de expresión y opinión, así como con su capacidad para im­pulsar los valores sociales y culturales de sus respectivos territorios.

Sin querer ser redundante: el mayor reto de los medios –latinoamericanos– es, por un lado, poner en valor su compromiso con el interés público; y por otro, aprovechar el espectacular desarrollo de las tecnologías, la densidad de sus poblaciones, la irrupción de Internet y el idioma, como común denominador, para crear convergencia en los contenidos y un imaginario común.

Este último punto será angular en tanto las nuevas tecnolo­gías seguirán favoreciendo una mayor permeabilidad cultural y serán determinantes en los procesos que propenden a la globa­lización y a la irrupción de América Latina en el escenario económico mundial. Todo esto en una re­gión amplia, compleja y diversa.

Futuro, Tendencias y Tecnología

Nos encontramos en la “era de la comunicación y el contenido” donde la ubicuidad de la tecnología y su alcance global influyen en la concepción de la comunicación con los consumidores. América Latina no es ajena a este fenómeno. Con la irrupción digital la estructura emisor-receptor ha desaparecido y el usuario tiene un nuevo y doble rol donde no sólo se convierte en un receptor activo, sino también adquiere el papel de emisor.

Según la plataforma Internet World Stats la cifra de internautas en América Latina supone más de 520 millones de personas; lo que representa, de acuerdo con ComScore, alrededor de un 7.4 por ciento de los usuarios mundiales de Internet y se traduce en que más de una terce­ra parte de los ciudadanos latinoamericanos utilizan la Red.

La irrupción digital, pues, supone un movimiento constante tanto por la actividad online como por los cambios tecnológicos inherentes a su acceso. En la actualidad, vivimos el boom de los dispositivos digitales y las cifras hablan por sí solas: tan solo en México, el 76% de las personas (fuente Asociación de Internet.mx) se conecta a través de un smartphone, lo que origina cambios de comportamiento y consumo de contenidos.

Pensando en esto, los grandes grupos de comunicación no son ajenos al po­tencial de la red como medio de difusión de sus hub de contenidos o de los quiscos digitales.

Ahora bien, el principal exponente del cambio en la concepción de la comunicación son las redes sociales, donde la sociedad civil participa activamente en la creación de la información con total libertad: el ciudadano juega a ser periodista. La propia comScore señala que el 90% del aumento del tiempo total de consumo online en América Latina procede de Facebook. Lo anterior nos lleva a otro dato: dos de los quince principa­les mercados mundiales en cuanto a tiempo consumido en sitios de redes sociales se encuentran en América Latina. Hablamos de Brasil y México, en las posiciones nueve y catorce, respectivamente. Y a otro: los jóvenes son parte primordial en el cambio, pues casi la mitad de los consumidores tienen entre 15 y 24 años.

Pensando en todo esto, ¿el papel morirá con el relevo generacional? Es posible pero no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que las cifras de inversión publicitaria pronostican, en América Latina, como en otras regiones, un cambio de modelo y relacionamiento y la exigencia de reinventar el contenido y los mecanismos para compartirlo y viralizarlo, sobre todo ante el auge de agentes sorprendentes, como es el caso de los Influencers.

Lo interesante será ver cómo los grandes grupos editoria­les latinoamericanos responden a esa demanda. Pero no hay vuelta de hoja: las noticias irán cada día más rápido y serán fruto de la colaboración del periodista de profesión con su entorno y comunidad; aquél que hoy es capaz de generar contenidos por sí solo. Veremos, por tanto, una tendencia a seleccionar el contenido en lugar de crearlo. En consecuencia: la etapa de las grandes “exclu­sivas” quedará atrás. Y es que el oyente o lector empieza a demandar información a la carta, a bajo coste y de forma muy, muy rápida. Y eso sólo el mundo digital lo puede ofrecer.

En definitiva, el mundo del periodismo y la información de­jará de regirse por el ink para dar paso definitivo al link; lo cual re­presenta un cambio absoluto en la estructura y modelo de negocio de la industria de los medios de comunicación en América Latina y la forma en la que las marcas y las empresas deberán interactuar con medios y consumidores. Lo que a su vez pone un cambio de actitud y la reinvención del modelo de relacionamiento hacia uno donde el periodista de ‘toda la vida’ está llamado a jugar un papel determinante en las estrategias de comunicación.